lunes, 19 de julio de 2021

2.- MIGUEL DE CERVANTES

 

UBICACIÓN del MOSAICO: https://goo.gl/maps/VMFpUmhJFGKaPoWq9



La imagen del mosaico
Los retratos de Cervantes

     Existen multitud de retratos sobre Miguel de Cervantes, entre ellos el archifamoso óleo atribuido a Juan de Jáuregui que cuelga en las paredes de la Real Academia de la Lengua. Sin embargo, ninguno de ellos es una representación auténtica hecha en vida al ilustre literato. Todos se basan en la descripción de sí mismo que trazó Cervantes en 1613 en el prólogo al lector de sus «Novelas ejemplares»:

"Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni grande, ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena, algo cargado de espaldas, y no muy ligero de pies. Este digo, que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha, y del que hizo el Viaje del Parnaso,... Llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra."

       Cuando escribió estas líneas, Cervantes contaba con 64 años. «Mi edad no está ya para burlarse con la otra vida, que al cincuenta y cinco de los años gano por nueve más y por la mano», dice.

        Sin perder de vista estos testimonios, la imagen del mosaico ha sido realizada en el Taller de Pintura, al lápiz de color y la acuarela, teniendo como referencia el ya mencionado retrato apócrifo de Cervantes, atribuido erróneamente en su día a Juan de Jáuregui (1583-1641), y el magnífico dibujo del gran retratista gaditano, Hernán Cortés Moreno (1953), que hace su propia versión del retrato de Jáuregui.


Texto del mosaico
Don Quijote: una férrea defensa de la libertad humana 

 CAPÍTULO LVIII

Que trata de cómo menudearon sobre don Quijote aventuras tantas, 
que no se daban vagar unas a otras

Cuando don Quijote se vio en la campaña rasa, libre y desembarazado de los requiebros de Altisidora, le pareció que estaba en su centro y que los espíritus se le renovaban para proseguir de nuevo el asumpto de sus caballerías, y volviéndose a Sancho le dijo:

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en mitad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve me parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con la libertad que lo gozara si fueran míos, que las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recebidas son ataduras que no dejan campear al ánimo libre. ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!

Don Quijote > Edición. Segunda parte > Capítulo LVIII


Don Quijote es sin duda alguna el magnum opus de Miguel de Cervantes, por no decir del Siglo de Oro español y quizás de toda la historia de la literatura narrativa. Pocos textos tienen su tristeza, su tragedia y, más que nada, su lucha agónica contra el señalado desengaño de nuestros tiempos desprovistos del heroísmo.

Don Quijote facilita conversaciones que nos pueden ayudar a evitar los graves errores económicos, sociales y políticos del pasado. Por otra parte, como siempre insistía Cervantes mismo, no toda la vida se puede dedicar a asuntos graves, como los negocios, la misa o el aprendizaje técnico. De vez en cuando es importante reírse y disfrutar del ocio. Don Quijote, sin embargo, entretiene y enseña a la vez.

Defender la libertad de expresión a principios del siglo XVII con los conceptos y contenidos del XX era más que imposible, era un milagro. Don Quijote de La Mancha lo hizo. Miguel de Cervantes fue el autor.

Lo verdaderamente bello de la obra maestra de Cervantes es su constante e inexorable defensa de la libertad: la religiosa, la personal, la política, e incluso la económica. De hecho, según una tendencia de la crítica literaria actual, Cervantes es uno de los padres del liberalismo clásico.

Miguel de Cervantes no lo hizo de modo frontal, dando doctrina propia de un aburrido ensayo, sino de una forma tan sutil como sugerente, vistiendo todas sus expresiones, conceptos, párrafos de tanta ironía como belleza. Y haciendo afirmaciones categóricas con frases que han pasado a la historia: "La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos".

En el lúcido ensayo que publicó en la edición centenaria de Don Quijote en el 2005, Mario Vargas Llosa aseveró que la gran atracción de la novela cervantina siempre ha sido su reivindicación de la libertad como “la soberanía de un individuo para decidir su vida sin presiones ni condicionamientos, en exclusiva función de su inteligencia y voluntad”.


Más información:

Don Quijote defensor de la libertad de expresión    

El pensamiento de Cervantes. Américo Castro

Una novela para el siglo XXI. Mario Vargas LLosa (pdf)

Las Rutas de Cervantes. Google Arts & Culture

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Escucha El Quijote de la SER

"DON QUIJOTE DE LA MANCHA" Audio libros



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