jueves, 15 de julio de 2021

5.- FEDERICO GARCÍA LORCA



 UBICCIÓN del MOSAICO: https:/goo.gl/maps/RE8KrHcb1dAwHRkT9


Federico García Lorca, uno de los poetas más insignes de nuestra época, nació en Fuente Vaqueros, un pueblo andaluz de la vega granadina, el 5 de junio de 1898, el año en que España perdió sus colonias. Su madre, Vicenta Lorca Romero, había sido durante un tiempo maestra de escuela, y su padre, Federico García Rodríguez, poseía terrenos en la vega, donde se cultivaba remolacha y tabaco. En 1909, cuando Federico tenía once años, toda la familia -sus padres, su hermano Francisco, él mismo y sus hermanas Conchita e Isabel- se estableció en la ciudad de Granada, aunque seguiría pasando los veranos en el campo, en Asquerosa (hoy, Valderrubio), donde Federico escribió gran parte de su obra.

Más tarde, aun después de haber viajado mucho y haber vivido durante largos períodos en Madrid, Federico recordaría cómo afectaba a su obra el ambiente rural de la vega: «Amo a la tierra. Me siento ligado a ella en todas mis emociones. Mis más lejanos recuerdos de niño tienen sabor de tierra. Los bichos de la tierra, los animales, las gentes campesinas, tienen sugestiones que llegan a muy pocos. Yo las capto ahora con el mismo espíritu de mis años infantiles. De lo contrario, no hubiera podido escribir Bodas de sangre».

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La imagen del mosaico
Un muchacho lleno de anhelos románticos, temperamento y entusiasmo

 

Federico García Lorca. Granada, 1919. 
Fotografía de Rogelio Robles Romero-Saavedra.
Colección Fundación Federico García Lorca.

    Esta fotografía, que ha servido de referencia para realizar la imagen del mosaico, es de 1919. Carmela Molina, con su retrato al óleo, ha sabido captar toda la fuerza y energía que hay en ese inteligente rostro: la de un joven de 21 años lleno de ilusión que inicia una etapa crucial de su vida en la capital de España. 
    Entre 1919 y 1926, Federico conoció a muchos de los más importantes escritores e intelectuales del país. En la Residencia de Estudiantes se hizo amigo, entre otros, de Luis Buñuel, de Rafael Alberti o de Salvador Dalí
     No perdió tampoco la oportunidad de conocer a Juan Ramón Jiménez, a quien acudió con una carta de presentación de Fernando de los Ríos en 1919: «Ahí va ese muchacho lleno de anhelos románticos: recíbalo usted con amor, que lo merece; es uno de los jóvenes en que hemos puesto más esperanzas» -y a la que respondió Juan Ramón de esta manera: «Su poeta vino y me hizo una excelentísima impresión. Me parece que tiene un gran temperamento y la virtud esencial, a mi juicio, en arte: entusiasmo».

Texto del mosaico
Romance de la luna, luna

Romance de la luna, luna 
                      A Conchita García Lorca

    La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
     En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
     Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
    Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
    Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.

     El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

     Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

     Cómo canta la zumaya,
¡ay cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

     Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela. 
El aire la está velando.

    El «Romance de la luna, luna» es el poema con el que Federico García Lorca abre una de sus obras más famosas: el Romancero gitano. Este romance nos cuenta la historia trágica de la muerte de un niño gitano. García Lorca, se apoya en el romance lírico narrativo, caracterizado por octosílabos rimados en asonantes, para mostrarnos una de sus más sentidas composiciones. A lo largo de sus 9 estrofas, el poeta logra integrar mito y realidad con natural sentimiento y nos pone frente al temor de la muerte de un niño. 

    La influencia de todo el folclore infantil de la Vega de Granada, de las canciones de corro o rondones es evidente en el Romancero Gitano. En el «Romance de la luna, luna», por ejemplo, encontramos recogidos “el aire la vela, vela,/ el aire la está velando” versos procedentes de una de estas canciones. Varios son los romances de ambientación granadina. Se pueden vincular con el Albaicín el «Romance de la luna, luna» y «La monja gitana»

Primer romancero gitano 1924-1927 (en cubierta Romancero gitano). Reúne 18 romances que mezclan lo narrativo y lo lírico, donde destaca el uso de la metáfora asombrosa y la personificación de elementos inanimados. Están protagonizados por el mundo de los gitanos casi todos, aunque la temática que subyace es la misma de toda su obra: la frustración amorosa, la muerte, etcétera.

 UniversoLorca.com/
Comentario del Romancero-Gitano

 Enlace al libro (edición de 1928)
digitalizado por la Biblioteca Nacional.



En 1934, en Montevideo, Federico García Lorca escribió a mano el «Romance de la luna, luna», para dedicárselo a su amigo José Mora Guarnido. En junio de 2021 este manuscrito se subastó en París por 47.880 euros.

granadahoy.com/Vendido-manuscrito-Lorca

sothebys.com/manuscrits/romance-de-la-luna-luna-1934

Más información:



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